La
ansiedad y su envoltorio
Ángela González Delgado
Los síntomas se nos presentan envueltos. Se pueden tratar de
diferentes modos, por ejemplo, sin desenvolver. Esa es la posición de quienes creen a pie
juntillas en los ansiolíticos como solución a los problemas de ansiedad.
Esa cuestión, según estudios, comienza a alcanzar proporciones epidémicas, cuando se la hace
consistente y se la define como un Trastorno de Ansiedad Generalizado, es
decir, como un cuadro sintomático que afecta a todas las facetas de una persona.
Epidemia silencios también en relación al ingente consumo masivo de ansiolíticos. Tratar los síntomas sin desenvolverlos no
es la posición
de los psicoanalistas.
Para nosotros es imposible una cura de la ansiedad sin
desenvolver ese síntoma, sin estudiar sus conexiones con la historia del
sujeto que manifiesta padecerla, sin indagar en su responsabilidad subjetiva,
sin ‘leer’ ese síntoma y conocer su lógica. Es por eso que
observamos que los episodios de ansiedad se repiten, infinitamente, durante
mucho tiempo, si únicamente mantenemos sobre ellos una mirada superficial, su
faz de comportamiento externo, su fachada, y no nos atrevemos a invitar al
sujeto a recorrer los vericuetos de su malestar y de su sufrimiento. Es lo que
denominamos poner el síntoma a hablar.
Pero además el hecho de hablar de crisis de ansiedad muestra que
existen momentos críticos. Y por eso mismo que existe un primer episodio crítico.
Resulta curioso que no se investigue las coordenadas de ese
primer momento donde aparece la angustia, el encuentro con un objeto
angustiante, a partir del cual hay el cuadro típico de la ansiedad: sudoración, palpitaciones, sensación de ahogo, inseguridad, inquietud, y sobre todo
incertidumbre, un temor muy grande a lo que puede venir y a que se pueda
repetir esos instantes en que se ha perdido el control.
Resulta curioso que aún cuando se pregunte en las historias clínicas el momento del
nacimiento del cuadro de ansiedad, tampoco esa información se use para saber cómo va a ser el final. Porque
todo lo que empieza, termina. Es la posición que mejor ayuda, saber que se sale de la ansiedad, y que
interesarse por la verdad que subyace da sus frutos, aunque lleve tiempo y
esfuerzo, aunque el sujeto tenga que ‘perder’ algo, y acepte, como vemos a diario, que es pieza
fundamental el desenvolver ese síntoma tomando parte activa en la cura.
Resulta curioso que los manuales y libros de autoayuda que
tratan de dar consejos piensen que todos los sujetos son iguales, y que la
subjetividad no entra en juego, como si se tratara de hacer creer que la
ansiedad se cura del mismo modo para cada persona.
Y también resulta curioso que si la cura de la ansiedad tiene que
ver con la ingesta de ansiolíticos no se entiende por qué, lejos de disminuir, aumenta exponencialmente el numero de
casos de personas que padecen ansiedad, y que por mucho que se recete, la
ansiedad no remite. Mientras tanto los servicios de atención primaria se ven obligados a
recetar ansiolíticos
constantemente, en cantidades masivas, millonarias.
Las coyunturas y las formas de abordar las situaciones de
crisis, los malos encuentros, las malas relaciones con la pareja, las
dificultades laborales, son tan diversas como sujetos, por eso, es necesario
sumar a la opinión pública a una forma de abordar las crisis psicológicas y las dificultades del
vivir que no pase por dejar los síntomas sin desenvolver.
Ángela González Delgado es psicoanalista de la Asoc. Mundial de Psicoanálisis y actual Directora de la
ELP-Comunidad en Castilla y León, y profesora del CURSUS de Ansiedad.
Las
clases del CURSUS Ansiedad, historia subjetiva y lógica de las crisis, organizado
por el Seminario del Campo Freudiano de Castilla y León y la Universidad de
Valladolid se celebran en CASA JUNCO. Algunos
de los epígrafes
a tratar son: “Ansiedad,
histeria y obsesión”, “Efectos de los efectos de los ansiolíticos”, “Angustia y ansiedad. Miedo y
ansiedad. Fobia y ansiedad”, y “La lógica de las crisis y el final de la ansiedad”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario